Epistaxis o hemorragia nasal: aparatoso, pero leve
La hemorragia que tiene su origen en las fosas nasales, denominada epistaxis, es un problema muy común: más del 60% de la población general ha sufrido alguna vez un episodio de este tipo. La mayoría de las veces se produce de forma espontánea y, en menor proporción, por traumatismos.
Ante todo… calma
La primera medida ante una epistaxis común es mantener la calma, sentarse y colocar la cabeza ligeramente inclinada hacia delante para permitir la salida de la sangre por los orificios nasales. La mayoría de las epistaxis se resuelven de forma espontánea o bien realizando durante unos minutos una pinza de presión con los dedos, no excesiva pero suficiente para que las aletas de la nariz presionen contra el tabique. En estos casos resulta eficaz el taponamiento con un algodón embebido en agua oxigenada que se presiona con el dedo y se deja en la fosa nasal hasta después de que la hemorragia haya cesado.
Cuando la epistaxis no se detiene espontáneamente o adoptando estas sencillas medidas, en un pequeño porcentaje de los casos pueden requerir asistencia sanitaria, y generalmente se resuelven en los servicios de urgencias más próximos.
La epistaxis recurrente en los niños puede ser objeto de consulta al pediatra. La mayoría son casos leves y autolimitados, pero es necesario realizar un estudio de las causas o factores que intervienen, ya que si las hemorragias se dan con una cierta frecuencia, puede producirse una anemia secundaria a la pérdida de sangre.
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